Suscribite a nuestras novedades por email!
Dormís ocho horas pero te levantás cansado. Sentís el aire pesado, congestionado. ¿Y si no es el colchón ni el estrés? La humedad en el ambiente puede estar arruinando tu descanso sin que lo sepas.
Descansar no solo depende de la cantidad de horas. También importa la calidad del aire que respirás mientras dormís. Un dormitorio con humedad alta puede generar molestias respiratorias, sensación de encierro y mal descanso… incluso si todo parece estar en orden.
Durante la noche, el cuerpo necesita un entorno seco, con aire liviano y estable. Si el ambiente está cargado de vapor, el descanso se vuelve más superficial, y al día siguiente te levantás sin energía.
Estas señales pueden ayudarte:
Si te identificás con dos o más, probablemente tu dormitorio tenga exceso de humedad ambiental.
Porque respirar genera vapor de agua, aunque no lo notes. Cada persona libera aproximadamente medio litro de agua en forma de vapor por noche. Si la habitación está cerrada, esa humedad queda en el aire y se va acumulando.
Sumale a eso:
Y tenés el combo ideal para dormir mal sin saber por qué.
Dormir en un ambiente húmedo puede provocar:
El cuerpo reacciona al aire cargado: más vueltas en la cama, despertares nocturnos, menos fases profundas de sueño.
El moho, los ácaros y las partículas que flotan en ambientes húmedos empeoran la respiración. Si tenés rinitis o asma, lo sentís enseguida.
Dormir con aire húmedo favorece la aparición de alérgenos invisibles. Tos, estornudos, picazón, ojos llorosos… todo eso mientras intentás descansar.
A veces lavás las sábanas y, aunque parecen secas, en un ambiente húmedo no se terminan de airear. Y eso genera mal olor y sensación de “frialdad”.
Estas pequeñas acciones ayudan, pero no siempre alcanzan:
Pero si el problema es constante, necesitás una solución que elimine el exceso de humedad: un deshumidificador.
Un deshumidificador en el dormitorio:
El modelo D-10 de DESHU es perfecto para dormitorios chicos y medianos. Es silencioso, eficiente y compacto. Lo enchufás, lo regulás según tu preferencia, y te olvidás.
Si compartís la habitación con otra persona (o con tu mascota), la cantidad de vapor en el ambiente se duplica. Y más humedad = más riesgo de mal descanso.
El deshumidificador actúa como un regulador invisible: mantiene el aire en equilibrio para que ambos duerman mejor. No hace falta abrir la ventana a la madrugada ni despertarse a ventilar.
Durante el invierno, muchas personas dejan de ventilar y cierran todo herméticamente para no perder calor. Pero eso empeora la humedad interior, generando moho en rincones, cortinas con olor y ambientes más fríos de lo que parece.
Un deshumidificador también mejora la sensación térmica, haciendo que el dormitorio se sienta más cálido, sin subir la calefacción.
Dormir bien es clave para todo: tu energía, tu humor, tu salud. Y el aire que respirás mientras descansás importa más de lo que pensás.
Si querés dar un paso real hacia un descanso profundo y reparador, eliminá el exceso de humedad con un deshumidificador DESHU. Vas a sentir la diferencia desde la primera noche.